Un domingo cualquiera
Era un domingo cualquiera en el que acabamos de copa, si si esta bien escrito, no fueron copas, fue tan solo una. Una copa a la que prácticamente le había puesto nombre y apellidos muy castellanos y acabó siendo catalana. La hazaña comenzó a gestarse de buena mañana en el hotel, rondaban las 9 y los jugadores y acompañantes bajamos a desayunar, era un hotel de tres estrellas que engaña ya que es nuevo y dispone de unas extraordinarias habitaciones y una decoración muy agradable. Todo esto favoreció un ambiente distendido y muy relajado en el que nuestros chicos desayunaron como campeones, las caras de todos ellos expresaban ilusión y bienestar, parecía como si respirásemos victoria antes de comenzar, y es que siendo sinceros el sentimiento es que podíamos, luchando juntos podíamos.
La mañana era soleada y transcurría apaciblemente. Mientras esperaban a comenzar los ejercicios físicos pudimos ver parte de la retransmisión del partido anterior, increíble… Estaban a punto de salir en la tele y no se alteraron lo más mínimo. Aquello no iba con ellos, sus pensamientos estaban en el partido, la guerra con el Valladolid es muy antigua y la oportunidad de robarles la copa en su casa les hacía mantener la cabeza fría, el corazón caliente y una sonrisilla en la mirada.
EL PARTIDO, si en mayúsculas por que no era uno cualquiera, era el PARTIDO. Comenzó con una gran intensidad pero sorprendentemente no perdimos la cabeza ni naufragamos en disputas inocuas con árbitros y enemigos, al contrario nos dedicamos a exhibir el mejor juego que tenemos.
13- Una defensa férrea con Heri luchándolo todo, abortando sus contras y resolviendo muy bien.
83- Paniagua colaborando en el juego defensivo siempre listo, siempre ahí. Un partidazo.
11- Un Requena descaradísimo…enfrentándose a jugadores muy veteranos, el rookie se hizo grande.
94- Torres, eso no es una torre es un bastión. Que imagen para la posteridad el solo contra tres jugadores luchando contra la valla en inferioridad numérica.
7- Ales, un auténtico dolor de cabeza para el Valladolid en un par de arrancadas suyas le mete tres asistencias, que ni Messi, a Benito que marca a placer “INCREIBLE” el checo lo dio todo en la pista y ni reventándolo contra la valla consiguieron frenar su torbellino.
72- Beni Benito santo Benito. El partido perfecto, tres golazos y dos asistencias de auténtico orgasmo, sobre todo la segunda que dejo solo a Marga.
10- Super Marga, no solo hizo el gol de oro, su trabajo previo en la pista fue impresionante, duro en defensa abortaba las combinaciones del Valladolid defensa, defensa, defensa, brutal.
16- Xavi, en el partido desplego su gran potencial tanto en defensa como en ataque con diversos disparos y un extraordinario gol. “Xavi selección” fue el grito de guerra en la grada.
8- Marcus, Marcus. Estuvo en el partido y tuvo la oportunidad de sentenciar, cuando digo estuvo es que se dedicó a jugar como mejor sabe y mantuvo la cabeza fría para poder comandar la victoria, no cayendo en ningún momento en ningún tipo de provocación. El corazón caliente pero bien administrado, absolutamente fantástico.
63- Tavano, grande Tavano, era una muralla en la portería, demostró su superioridad en la portería y sobre todo su experiencia y picardía a la hora de administrar tempos a la vez que exasperaba a cualquier rival que pasase cerca de sus dominios.
35- Pol Richard, siempre ahí, esperando su turno sin ponerse nervioso dando su apoyo a todos sus compañeros, siempre dispuesto a lo que haga falta. Hay que ser muy especial para mantener ese espíritu a pesar de no jugar. La gente no lo ve en la pista pero los partidos también se juegan en los banquillos, manteniendo la moral, las ganas, es como el pegamento del equipo.
Y la copa fue nuestra…las chicas y los hooligans se morían por abrazar a los chicos y saltar a la pista, corrieron a la salida de la misma a esperar su momento. Jordi Fontanals no podía contener sus lágrimas y con Joaquín saltaban y corrían de emoción abrazando jugadores. Las mamis gritaban tras los cristales y yo me senté un momento en silencio, me sentía absolutamente eufórico y lloraba como un crio… fue muy grande, un momento increíble.
Xavi Lopez.